El nombre del mundo es Bosque | Ursula K. Le Guin

Ursula K. Le Guin se ha convertido en una de mis autoras de cabecera, de esas autoras de las que me gustaría leer absolutamente todo. Mi primer acercamiento a su obra fue con Un mago de Terramar, primer libro de las Historias de Terramar, una saga de fantasía. No tengo muy claro porque aún no he continuado con esta saga pero espero no tardar en hacerlo. El segundo libro que leí suyo es del que os vengo hoy a hablar, El nombre del mundo es bosque. Una novela corta de ciencia ficción que me ha dejado con ganas de más, con ganas de leer más a esta mujer, con ganas de seguir maravillándome con sus obras.

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En la Tierra se han agotado los árboles por lo que los humanos se han quedado sin un recurso muy preciado, la madera. ¿Cómo solucionar este grave problema? Los humanos deciden colonizar el planeta Athshe (Nueva Tahití), un planeta que tiene una gran riqueza en bosques. Allí, en ese planeta, habitan los athshianos, unos seres humanoides que están muy conectados con la naturaleza y con sus bosques. La novela se desarrollará en ese planeta y el lector será testigo del choque que habrá entre los humanos colonizadores y los seres humanoides tan naturalistas. ¿Cómo se comportan los humanos con el nuevo planeta y con los seres nativos? ¿Cómo reaccionan los seres nativos ante el trato recibido por los humanos?

«En la diversidad está la vida y donde hay vida hay esperanza, era la suma total de su credo, bastante modesto por cierto.»

El nombre del mundo es bosque, una novela muy corta pero con mucho contenido. A pesar de esa corta longitud consigue inquietar al lector, consigue calar muy hondo, consigue que el lector no deje de reflexionar, consigue transmitir cada sentimiento que la autora plasma en el papel. Una novela escrita de una forma sencilla pero a la vez compleja por todo lo que esconde en su interior. Una novela que atrapa desde un principio y de la que puedes sacar distintas conclusiones. Está claro que esta novela va más allá. El lector no puede quedarse solamente con lo que está leyendo sino que también tiene que quedarse con lo que esa lectura le despierta en su interior. Considero que es una novela que tiene varias lecturas posibles, que cada persona que la lea irá sacando distintas conclusiones y le irá dando importancia a diferentes detalles.

Uno de los detalles que más he disfrutado en esta novela es la forma en la que está narrada, desde diferentes puntos de vista. Es un tipo de narración que siempre me suele gustar, me parece un total acierto. Considero que gracias a este tipo de narraciones se conoce mejor a todos los personajes y todos los posibles matices. En este caso me parece aún más acierto ya que tenemos los puntos de vista de las dos poblaciones, la nativa y la colonizadora. Vamos conociendo sus miedos, sus preocupaciones, sus pensamientos, sus dilemas. Vamos notando las grandes diferencias que hay entre ellos. A los humanos ya los conocemos perfectamente y vamos descubriendo a los athshianos. Descubrimos su sociedad matriarcal, su relación entre mundo-real y mundo-sueño, su amor por la naturaleza, su forma de ser pacífica.

«Un hombre con sentido de la realidad es aquel que conoce el mundo y que también conoce sus propios sueños.»

En la entrada del resumen de #LeoAutorasOct os dije que esta novela me recordó en ciertos aspectos a la novela Yabarí de Lola Robles. Hoy, preparando esta entrada me he dado cuenta de que tienen más similitudes de las que pensaba en un principio. En las dos novelas somos testigos de cómo los humanos de la Tierra tienen que ir a otro planeta a buscar un recurso que en el suyo ya han agotado. Las dos novelas están ambientadas en un futuro que refleja una realidad muy actual, como se está terminando con el ecosistema. En el caso de la novela de Ursula K. Le Guin sorprende aún más debido a que está escrita en 1972. Las dos novelas contienen entre sus páginas una gran crítica social al egoísmo del ser humano, a la violencia, a la esclavitud, a la explotación, al machismo… En las dos novelas el lector es testigo del choque de civilizaciones y en lo egoístas que son los colonos, los humanos. Solamente se centran en conseguir su objetivo, en este caso la madera, y las consecuencias, la población nativa y el planeta en sí les da exactamente igual.

Para mí menos es más por lo que prefiero no comentar nada más sobre la novela. Simplemente decir que si tenéis oportunidad leáis esta corta y maravillosa novela, y de paso también aprovecho para animaros a leer la novela de Lola Robles.

Título: El nombre del mundo es Bosque | Título original: The word for world is forest | Autora: Ursula K. Le Guin | Traducción: Matilde Horne | Páginas: 164 | Editorial: Minotauro | Año de publicación: 1972-2013

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