El club de la buena estrella | Amy Tan

Te sientas en el sillón, dejas vagar tu mirada por la estantería y tus ojos se frenan en un lomo en concreto. Ese lomo hace que sientas un cosquilleo. Sabes que ha llegado el momento de leer ese libro, tienes que leerlo ya, necesitas leerlo ya. Esto es lo que me ha ocurrido a mi con El club de la buena estrella de Amy Tan. Un libro que quería leer desde hace mucho tiempo y que no entiendo porque no lo he hecho antes. Mi interés por esta novela viene de hace mucho tiempo, la conocí gracias a Magrat ya que es uno de sus imprescindibles literarios. Tiempo después de anotarlo en mi lista de deseos, un domingo de paseo por el rastro de mi ciudad, me lo encontré y supe que era una señal. Me lo tenía que llevar, tenía que estar en mi estantería, tenía que leer esta historia. Desde ese momento hasta ahora, que por fin me he animado a leerlo, ha pasado mucho tiempo, demasiado. Pero como siempre digo, más vale tarde que nunca. Y hoy os vengo a hablar de esta maravillosa novela, de esta joya que estaba esperando en mi estantería.

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Ocho mujeres, dos generaciones y un gran choque cultural. Por un lado tenemos a cuatro madres y por otro a las cuatro hijas. Suyuan Woo, An-mei Hsu, Lindo Jong y Ying-ying St. Clair son las madres, cuatro mujeres chinas que han tenido que huir de su país debido a la guerra. Su nuevo hogar, Estados Unidos, dista mucho de su país natal por lo que crean El club de la buena estrella como una vía de escape.

Un club en el que se reúnen para jugar al mah jong, para comer comida china y para hablar de sus sueños y de sus vidas en China. Esas reuniones les sirven para no pensar en lo que está ocurriendo en su país natal, para no pensar en todo lo que han tenido que dejar y en su situación actual. Una de esas mujeres fallece y su hija pasa a ocupar su lugar en el club. Es entonces cuando la siguiente generación, la de las hijas, entra en escena. Ellas son Jing-mei Woo, Rose Hsu Jordan, Waverly Jong y Lena St. Clair. Estas chicas ya han nacido y se han criado en Estados Unidos y eso se nota. A pesar de que sus madres les quisieron inculcar la cultura china, ellas están muy americanizadas. Se nota el choque cultural, la brecha que hay entre las madres y las hijas.

«Pero no puedes permanecer en la oscuridad durante mucho tiempo. Algo dentro de ti empieza a desvanecerse y entonces te vuelves como una persona hambrienta, desesperadamente ansiosa de luz.»

El club de la buena estrella está dividido en cuatro partes y a su vez en capítulos narrados por las distintas protagonistas. Los capítulos se van alternando y no tienen una conexión directa entre ellos. Cada protagonista nos va narrando tanto su presente como escenas vividas en el pasado. Gracias a esto podemos ir conociendo las historias de cada una de ellas y porque son a día de hoy como son. Podemos ir viendo lo que piensa cada una, la relación madre-hija y cómo han cambiado las cosas en el salto de generación. No solamente porque el cambio de época sino también por el cambio de cultura. Porque el choque cultural está presente a lo largo de toda la novela. Al principio del libro nos encontramos un esquema con los nombres de las madres y los nombres de sus hijas. Os recomiendo tener ese esquema siempre a mano, yo lo puse en un post-it que siempre tenía delante. Más que nada porque os podéis hacer un lío con los nombres y es mejor prevenir que luego tener que curar.

«Así es como se cura una herida: empieza a cerrarse sobre sí misma, a proteger lo que duele tanto y, una vez cerrada, ya no ves que hay debajo, eso que provocaba el dolor.»

Los capítulos en los que las madres se centran en su infancia, en su vida en China, son los que más especiales me han parecido. Conocemos la infancia por la que han pasado, la relación que han tenido con sus propias madres, las tremendas situaciones que tuvieron que pasar ya desde pequeñas. IMG_20171114_150811_482También conoceremos por lo que han tenido que pasar para huir de su país de origen. Sin duda son los capítulos más especiales pero a la vez son los que más daño hacen al lector. Son capítulos duros, capítulos que reflejan que esas mujeres no han tenido una vida nada fácil. Capítulos que tras leerlos tienes que cerrar el libro y coger aire.

El club de la buena estrella ha sido una novela que he disfrutado de principio a fin, he disfrutado de cada capítulo. He conocido a ocho mujeres maravillosas, muy dispares entre ellas pero a las que es imposible no coger cariño. Es una novela en la que estas ocho protagonistas tienen todo el peso de la historia, las figuras masculinas están relegadas a un segundo plano totalmente. He visto reflejado el cambio cultural, la brecha que separa a estas dos generaciones. Unas madres que no quieren dejar atrás China, que no quieren que su cultura desaparezca de su familia, que se siguen guiando por las costumbres de su país natal. Y unas hijas que están totalmente americanizadas, que no dan la importancia necesaria a los detalles que sus madres quieren recalcar tanto. Es una novela que la terminas y sabes que te ha dejado huella, sabes que va a estar siempre en el fondo de tu memoria y de tu corazón. Una novela con un final que te rompe, un final que hace que te emociones y que hace que todo lo que has leído salga a la luz, en forma de lágrimas.

Título: El club de la buena estrella | Título original: The joy luck club | Autora: Amy Tan | Traducción: Jordi Fibla | Páginas: 334 | Editorial: RBA Narrativa | Año de publicación: 1989-1993

📎 Vídeo de Lualunera: ¿Por qué deberías leer El club de la buena estrella?