En el bosque, bajo los cerezos en flor | Ango Sakaguchi

 

en-el-bosque-bajo-los-cerezos-en-flor Título: En el bosque, bajo los cerezos en flor

Título original: Sakura no mori no mankai no shita

Autor: Ango Sakaguchi

Traducción: –

Páginas: 152

Editorial: Satori Ediciones

Año de publicación: 2013

Es el primer libro de Satori que leo y sé que no será el único. Atrae por sus bonitas y cuidadas ediciones pero su contenido no se queda atrás. Me he iniciado con esta editorial con la recopilación de tres relatos largos. El primero es el que da nombre al libro, ‘En el bosque, bajo los cerezos en flor’, a continuación nos encontramos con ‘La princesa Yonaga y Mimio’ y por último, ‘El gran Consejero Murasaki’.

«Cuando florecen los cerezos, la gente se siente alegre y feliz. Bajo los árboles cuajados de flores beben sake o comen dulces de arroz mientras exclaman: ¡Qué vista tan hermosa! ¡Qué espléndida es la primavera!. Pero todo es una gran farsa.»

Así comienza el primer cuento, En el bosque, bajo los cerezos en flor, que es el que más me ha gustado. En él nos encontramos a un hombre que no es muy legal. Se dedica a saquear a la gente que pasa por la montaña. Después de saquear y acabar con la vida de un hombre, se da cuenta de que lo acompaña una bella mujer. En ese momento decide agenciarse y tomarla como esposa, una esposa más para su gran colección. Pero lo que no sabe es que esa mujer le traerá problemas, tendrá que cumplir con las excéntricas peticiones que le haga.

En el segundo cuento, La princesa Yonaga y Mimio, nos encontramos con una princesa consentida por su padre. Va a ser su cumpleaños y su padre reúne a los mejores artistas para que le tallen un buda. Es cuando aparece Mimio, un artista que es humillado continuamente por la princesa y por eso decide vengarse con su talla de buda.

Y por último, en el tercer cuento, El gran Consejero Murasaki tenemos a un protagonista que se encuentra con una flauta muy bonita. Esa flauta pertenece a la princesa de la luna, y por eso se le aparece una de sus doncellas para recuperarla. Pero no será tan fácil como piensa.

«La vergüenza de un instante se olvida con los años.»

Describiría esta recopilación de cuentos como una recopilación que va de más a menos. Empieza con el mejor relato, por lo menos para mí, continúa con uno que es bueno pero no tanto como el primero y termina con uno que me ha resultado más flojo que los dos anteriores. Si yo fuera la encargada de colocarlos lo haría de forma inversa, me gustaría leerlos de menos a más. Pero eso ya es algo personal.

No había leído nada de Ango Sakaguchi hasta el momento, y he terminado el libro con la sensación de haberlo conocido bien. Los tres cuentos tienen algo en común: como se trata la figura de la mujer y la importancia de la naturaleza.

La mujer es la mala, la dominante, la que influye de mala manera en la figura del hombre. Nos encontramos con mujeres sádicas, excéntricas, que les da igual lo que haya que hacer por conseguir lo que quieren. Y los hombres son la figura débil, los que tienen que ceder ante las peticiones de las mujeres, las víctimas de esas mujeres tan crueles. Esto es un reflejo de la sociedad en la que se ha criado el autor, una sociedad cerrada y machista.

Por otro lado, en todos los relatos tiene gran importancia la naturaleza. Me ha recordado a Yasunary Kawabata en eso, la naturaleza no es el escenario, es un personaje más. Vemos como influye la naturaleza en los diferentes personajes. Como influye la montaña, como influye la ciudad, como influyen los cerezos en flor.

«Tengo envidia del sol porque todos los días ve morir a la gente en todos los campos, pueblos y ciudades de Japón.»

Por último quiero destacar la atmósfera que crea el autor en los diferentes cuentos. Es una atmósfera inquietante, opresiva. A destacar la del primer cuento, no volveré a ver los cerezos en flor de la misma forma. Es increíble como utiliza algo tan bonito como los cerezos en flor y los convierte en algo tan tétrico.

Sin duda tengo algo claro, la lectura de estos relatos no te dejará indiferente. Y por último quiero destacar el maravilloso epílogo de Jesús Palacio. Me parece muy acertado que lo hayan puesto al final porque analiza al autor y también los tres cuentos que hemos leído anteriormente.